El otro día , en el Parque de María Luisa de Sevilla, me senté en la glorieta del monumento al sevillano Gustavo Adolfo Bécquer. En el banco de al lado unos chicos de unos 20 años o así, charlaban en esa jerga actual de un vocabulario de unas cien palabras. No hablaron de Gustavo, pero pensé : ¿ y si uno de ellos, cautivado por este embrujo, escribiera una poesía?.
¿Seria algo como:?
Por una mirá que mola,
Er mundo.
Y por tu zonriza
Er zielo,joé.
Por un besote:
Pó mire usté; yo no zé que coño le daría por un bezo,
¡Mogollón ¡