Como un imán
girando.
Cambiando de
polaridad.
Giraba el mal
en su eje.
Sobre el negro
mar.
Y en la amenaza
de su influjo.
Sentí pasar a mi
lado a la
fatalidad.
Y unos ojos
serenos.
Llenos de mis
deseos.
Me atrajeron y
me entró el mal.
Ahora estoy bajo
el influjo.
De su amor fatal.
Que como un
imán me
atrapa y
repele.
Sin dejarme
marchar...
Rafael Pablo