adobados
esmaltados
quemaron Bosnia
los ojos amplios
rocosos
más despiertos que la luna
intuyéndose al fin de cada abrazo
de cada paso
de cada oración
sumidos
brumosos
se levantan
-timonel de amor-
mientras la vereda
se devora la intimidad
ellos vician el ruido
con un sigilo
fantasmal
derrotado
pero orgásmico.