En el absurdo retiro de la noche
en la que un viento violento sopla
y se cuela por donde le place
allí me encuentro absorto,
encantado de mi soledad
y de la callada presencia
de su propio silencio
que es mezcla de ausencia
y de recuerdo, mientras
la negra imagen del cielo
con sus vagas nubes
y el centelleante espectáculo
de sus estrellas lejanas
me toma por víctima
de una de ella; una estrella
posa su mirada fulgurante en mí
me da desvelo pero también
un tibio rumor de esperanza
la que ha quedado perdida
en el transitar del día
y ahora solo quiero dormir,
ver el brillo de esa hermosa
aunque distante amante
que posó su vista en mí,
no sé si por costumbre
o porque se enamoró
de un imperfecto idiota
que cree aún
en señales del cielo.
A.T.