El ocaso llega a mi ventana
y como cada noche,
aquí sobre mi almohada te pienso,
y viene a mi mente tu recuerdo,
evoco tu sonrisa, tus ojos
y esa ternura con la que me miras,
¡amor de mi vida!
Hoy mis pensamientos te atrapan,
y en complicidad con el viento,
viajan hasta tu cama,
ahí, al verte frágil, tan indefenso,
no puedo evitar que un suspiro brote
y una lágrima moje tu cara.
Mi piel percibe tu aroma
y enseguida mis ganas afloran,
despierta mi amor
y envuélveme en tus brazos,
que hoy mi cuerpo te desea,
acurrúcame en tu regazo,
lléname de caricias nuevas,
quiero perderme en tu piel,
navegar sin rumbo establecido,
quiero llenarme del sabor de tu besos,
quiero naufragar y olvidar
que al llegar a ese horizonte,
deberé volver a pensarte aquí,
en la soledad de mi almohada...
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México 08-08-2014