EL QUE BUSCA ENCUENTRA
Ahí estaba el, en medio de la nada mirando un camino que parecía infinito, estaba agotado y ya casi no recordaba por qué estaba allí, aguantando frío y hambre; en lugar de estar en la comodidad y calidez del hogar. Recorrió largo trecho y perdía la esperanza de encontrarlo, era una simple criatura a la que amaba y se había perdido. Del frio y el cansancio no podía ni llorar, pero sus piernas perdían fuerza y la noche lo alcanzó con el silencio abrumador del bosque, un silencio que no era silencio porque sabía que le rodeaba animales que lo perseguían. Prendió fuego y en su interior oraba para que no durmiera, para que no apagara ese fuego y para que sus asechadores no lo devoraran. Pensaba en su cachorro amado que podía estar muerto o lastimado y de repente el sueño lo venció, pero su espíritu de lucha lo salvó y sin sospecharlo llegó al lugar donde estaba el cachorro; el cual no estaba solo, estaba rodeado de lobos salvajes que lo protegieron toda la noche, dándole calor. El comprendió que cuando se quiere algo, requerimos esfuerzo, convicción y seguir adelante a pesar de todo.
Lina María Palacio Pérez