UN LECHO DE GIRAZOLES
Pudiera decirte hoy tantas cosas.
Pero la verdad, no quiero romper
la magia que envuelve este primer
encuentro después de tantos intentos.
Usaré las sábanas de encaje,
esas que llevan un siglo
esperando por tu cuerpo,
adornada con las rosas
marchitas que aún conservo.
brindaremos con aquel vino
que dejaste sobre la mesa
la noche que te fuiste.
Cerrare la puerta cuando entres,
para que esta vez no te marches.
sera como si revivieramos
aquel amor de juventud
recuerdas, en aquel tiempo
nuestro lecho nupcial
fue un campo de girasoles.
allí me hiciste el amor
y me sentí plena.
mi cuerpo era perfecto,
brillaba con los rayos del sol.
Hoy no habrá un lecho de girasoles.
hoy estrenaras las sábanas,
bordadas para ti, con el encaje
de los años solo te voy a pedir
que no prendas la luz al acostarte,
porque la plata nunca te gusto,
y hoy mi cuerpo y mis cabellos
son de plata, ya no hay ni brillo
ni oro en ellos.
Solo podemos brindar con lo que quedo
de antaño, pero si cierras los ojos nuestro
lecho seguirá siendo aquel prado de girasoles,
deja que la magia envuelva, si es que podemos
lograr aquel encuentro que quedo en el pasado.