Alfonso Vite

El delirio de la madrugada

La madrugada se guarda en ausencia

Tiene vergüenza de sí misma

Se desgarra entre frío y distancia

Cierra los ojos para volverse enigma

La madrugada llora con sabor a llovizna

Solloza a través de una afligida brisa

Se lamenta entre recuerdos muertos

Se empapa en un llanto de melancolía 

Tiene penas herméticas la madrugada

No puede más y se abalanza a la muerte

Y para morir espera lentamente al día

Las estrellas en profundo sueño cayeron

 Los suspiros de sus entrañas callaron

En un silencio luctuoso colmado de dolor

La luna ahora duerme desconsolada

Pues la madrugada ha muerto de amor

 

En mis ojos hay una lóbrega inmensidad cada mañana

Encontró ahí su descanso eterno la madrugada.

 

Citlaltocani  25.06.2014