La madrugada se guarda en ausencia
Tiene vergüenza de sí misma
Se desgarra entre frío y distancia
Cierra los ojos para volverse enigma
La madrugada llora con sabor a llovizna
Solloza a través de una afligida brisa
Se lamenta entre recuerdos muertos
Se empapa en un llanto de melancolía
Tiene penas herméticas la madrugada
No puede más y se abalanza a la muerte
Y para morir espera lentamente al día
Las estrellas en profundo sueño cayeron
Los suspiros de sus entrañas callaron
En un silencio luctuoso colmado de dolor
La luna ahora duerme desconsolada
Pues la madrugada ha muerto de amor
En mis ojos hay una lóbrega inmensidad cada mañana
Encontró ahí su descanso eterno la madrugada.
Citlaltocani 25.06.2014