Laura

Mirando al Este...

Allá a lo lejos sobre la ruta que ladeaba el pueblo flameaban las banderas al Sur, viento Norte, sol tibio de Agosto. Banderas emblemáticas del lugar donde se izó por primera vez hace muchos muchos años.
Y desde acá, en lo alto del centro del pueblo se divisa el transitar de autos, ómnibus y camiones al Norte o al Sur, por esa ruta que atraviesa el país.
De vez en cuando alguna avioneta irrumpe en el paisaje pintando el cielo con su vuelo. A veces adornándolo con colores de los que vuelan sin alas, con paracaídas sin controles generando adrenalina a montones. Y allá, a lo lejos, cuando va perdiendo altura para aterrizar se posa como un pájaro en aquella hierba verde y fresca y ya no va a volar.
El horizonte se queda quieto, solo hierba, árboles y cielo.
Pero cuando nos adentramos al pueblo todo se mueve, hasta los incansables extractores aéreos que asoman en el techo de aquella construcción tan grande y que no cesan de girar aunque el viento deje de soplar.
Y vaya si todo se mueve, en el cielo ya está la luna por el Este mientras el sol al Oeste la mira con recelo porque a esta hora, él es el dueño del cielo.