I
Te filtras a través de las lumbreras,
como una luz suave, abrazas
las trémulas canciones, cual pálidos tornasoles,
evocan tus tristes llantos que caían en un racimo de flores.
II
Oh, luna herida, ¿porque despides lagrimas tamizadas,
como tendidas en tus lóbregos parpados escampados?
Como si tu boca fuera una nítida bujía, y tus endebles hombros,
fueran como las memorias poéticas, oh luna marchita,
tus suaves perfumes anochecidos se pierden en mi poesía.
III
Acordes veraniegos hienden tu cuerpo lunar,
y la noche envolvía tu silencio en una acariciante oscuridad,
¿Por qué vuelvo otra vez a ti, Oh luna marchita?
es que tu mirada trepida e inunda mi pupila.
IV
Yaces ahí, pasiva, impresa en los brazos del firmamento,
a veces aquí, escuchando mis palabras, susurrando en tu cuello,
y en alguna parte estoy extrañándote, y en la luna se proyecta tu semblante,
¿porque cada noche regreso a ti? no puedo mentirte, es que sigo pensándote.