Camina a diario entre nosotros,
Sin distingos y sin rostros
ni religiones ni creencias
ni convicciones o conveniencias
Al paso de su negro manto
El sufrimiento se hace más humano
ausente de razones, carente de intenciones
Mostrando su presencia
Tememos su llegada porque marca la partida
Tememos su partida porque el alma lleva adherida
Todos destinados a ver su presencia estamos
Como ultima esencia y requisito de existencia
Más aun así vivimos anestesiados a la violencia
Complacientes a la crudeza
De todos aquellos q parten en indulgencia
Muchos llenos de razones
Otros de convicciones
Dejando un mensaje mudo de partida
Elevan un clamor por la justicia
Asi la muerte nos ronda
Con una lapida muy sobria
Sumidos en la violencia
A la cual le damos elocuencia
Carece nuestra demencia
De razones y de ciencia
que acepta la delincuencia
Para q viva en la opulencia
Sin dicha ni eminencia
Mataos los unos a los otros
Marca nuestros entornos
El respeto a la vida marca su partida
Temo que mi vida se haga parte de su movida
Por eso quiero vivir la vida
Robándome una sonrisa y secuestrándome en la risa
Viviendo una ilusión siempre con mucho amor
Haciendo el amor con lujuria y excitación
Olvidando el dinero como fruto del deseo
Perdiéndome en la pasión sin frenos ni control
Contagiando la alegría como amplia sinfonía
Cosechando en el amor amigos por montón
Ya que a la vuelta de la esquina ella espera por tu vida...