¿Desfalleciente?
Así me siento.
Observo el parque a través
de mi humilde ventanal.
Sentado con un desgastado
libro de poemas de amor.
Letras que me han hecho recordar
momentos felices de amor,
que ya no los tengo.
¡Cuántos deseos de llorar, Señor,
junto a ti, por los disgustos
que día a día te damos...!
Contemplo el cielo nublado,
se aproxima la lluvia.
Siento en mi cuerpo
un intenso frío,
aunque muy abrigado estoy.
He calentado mi alma
leyendo poemas de amor.
Tantos de ellos me han
hecho recordar los momentos
que juntos hemos vivido, amor.
Pero hoy tú ya no estás...
Seguro estarás junto a Nuestro Jesús.
Fuiste... la pasión de mi vida,
y me enseñaste a través
de tus palabras amar a Jesús.
(¡Sálvame, Señor...!)
Comienzan a caer las primeras gotas...
¿Las envías Tú, Señor?
Oh, Dios mío, permíteme levantarme...
Cada vez llueve
más intensamente...
Trato de levantar... ¡Señor...!
Gracias. He de ir al
encuentro de tus aguas,
aunque más me enferme...
porque, escucho una voz
que me dice: \"Ve bajo la lluvia,
anda, camina, no temas...\"
¡Claro que he de hacerlo,
Tú has de ayudarme, mi Señor!
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Ya estoy debajo de tus aguas,
¡oh, mi Señor...!
¿Qué es esto?
¡No, no puedo creerlo...!
¡No siento frío, tus aguas
tibias sobre mi cuerpo caen!
Mis piernas...¡Ya no sienten dolor...!
¡Creo en Ti!
¡Gracias Señor...por enviarme
esta lluvia de la felicidad...!
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 09/08/2014)