jorge enrique mantilla

DE MACONDO, AL REALISMO MÁGICO DE GABO

DE MACONDO, AL REALISMO MÁGICO DE GABO

 

Murió el hombre, incineraron su cuerpo

Su alma voló por los vericuetos del infinito

Pero quedó escrita su obra, novela y cuento de su pensamiento

Su imaginación quedó plasmada, en la soledad de las mariposas amarillas

Que los macondianos, al leer sus versos, su alma regresa impoluta

Y se posa en los intelectos, que un día aclamaron sus novelas y forjaron

Su fama, su valor de escritor, de persona sencilla, su mayor reconocimiento

 

De pronto en aquel pueblo, lóbrego, triste y polvoriento

Llegan como por arte de magia, las compañías bananeras

Perseguidas por desperdicios humanos, de riquezas del momento

Revueltas y alborotadas de hojarasca, de olor a secreción valiera

De podredumbre de Macondo decadente, sofocante y sin lamento

 

Sin la pensión que nunca le llegó, el Coronel no tiene quién le escriba

Sorteando toda clase de dificultades, las necesidades esperaban la llegada del tren

Que traiga el merecimiento de la vejez, así sea resistente y cruel

Acorralado y enfermo, esperando aquella carta del gobierno, su desdén

 

De las necesidades, nacen las desgracias de La mala hora

Del pueblo pobre y triste macondiano, sin esperanza

De violencia política, arrastran lágrimas del que llora

Donde la víctima escogida de calumnias, clama venganza

 

De relatos y de imaginación colorido, acecha la muerte en Macondo

De  la matrona y señora, que todo lo  puede con sus influencias

De propiedades y de sus tierras, algo hediondo en su trasfondo

Con el revuelo de los funerales de la Mamá Grande, se agitan sus herencias

Desmantelan todo, buscando su fortuna y del pueblo, los pobres, con violencia

 

De la soledad, el desamparo y el desarraigo de sus angustias

De la aldea imaginaria de Macondo, de la estirpe de Úrsula y los Buendía

Cargado de un clima de violencia, de los Arcadios, marcado de flores amarillas

Donde el realismo mágico, de Remedios, matizado de mariposas y fantasías

De la miseria social, de Melquiades, se convierte en Cien años de soledad y pesadillas

 

El poder, en manos de un dictador, por más de un siglo

Es, El otoño del patriarca, que de la miseria y las contiendas

Llegó al poder, en medio de la soledad, escalando peldaños con desengaños

Donde las atrocidades, conducen en un ocaso de componendas, sin enmiendas

 

Con visiones de muerte, que arrecian de pasión, la pareja de amantes

El amor en los tiempos del cólera, hace estragos, arrebatándole vidas a la guerra

Donde el río es testigo, de los idilios de amor, así sea por instantes

El juramento de la fidelidad eterna, de la vejez, agonizante

Cargados de emoción, por siempre de lucidez,  apasionante

 

Devorado por la fiebre y huyendo de la derrota moral

Consumido por la tuberculosis, atraviesa el Magdalena,  El general en su laberinto

Sin encontrar alivio a los males del espíritu, su vida guerrera y señorial

Se acaba como la naturaleza, arrasada, como un vendaval

Lealtades y conquistas, enarbolando la libertad, con su espada y su instinto

 

Al exhumar los restos de aquel virrey y de su amante secreta

Lo hicieron también de un obispo, de abadesas y de una marquesa

Pero el revuelo sería mayor, al destapar la hornacina y oh! sorpresa

De aquella cabellera tan larga, como el del amor y otros demonios, de plazoleta

 

Vivir para contarla, desde su interior, de espíritu creador y de todos, innovador

De bohemia y cafés de bares, de acompañantes y amigos del alma, inseparables

Desde lo imaginario, lo convierte con su pluma, en realismo mágico

De entramado, que avanza y retrocede en lo macondiano y de sus letras, inigualable

 

El amor, recorre la vida y el vigor, por la pasión se agota

Sin embargo, la emoción queda grabada en el corazón

Qué importa, que la penetración no se dé, si tiene viva la caricia y lo alborota

Donde la contemplación y el silencio, permiten admirar la magnificencia

 Traiga al recuerdo, la memoria de mis putas tristes, su inclinación, se dé, en petición

 

La bohemia y los burdeles de mala muerte, de guitarras y guacharacas

De Escalona y vallenatos, de Bach, Dvorak, de Mozart y Bela Bartók

Fueron su música de partituras, escritos de sus relatos, que marcaron historias

De novelas y narraciones, de composiciones y cuentos

Donde el polvoriento macondo, inspiró su espíritu arrollador

De flores y mariposas amarillas, de mentalidad caribe, de sentimiento en movimiento

De Aracataca, su pueblo olvidado, donde no transcurre el tiempo

Pero que se vive feliz y orgulloso, de ser la cuna de Gabriel García Márquez

Nobel, que catapultó las angustias y vivencias, en los cien años de su soledad

De su legado, regado por el orbe, han aplaudido y alabado su obra y su talento

Y que nunca, bajo ninguna circunstancia, olvidó, que no fue nadie, ni será nadie

Más que el mejor representante novelista, cuentista, con ideas independentistas

Donde su inspiración no viene de libros, la música eleva su pensamiento

Escrudiñando experiencias personales, forja su realismo con ficciones modernas

Liberando el espíritu por instantes, dejando a sus lectores que vuelen

Y se recreen de sí mismos, dejando que el tiempo, ocupe su lugar de rejuvenecimiento

Donde el progreso, la libertad y la igualdad, son como el saber, todo un derecho

Que el cuerpo, hace que se sienta placer, así no se tenga poder

Y ahora que ha partido, empezamos a dimensionar lo grande que ha sido

Que el realismo mágico macondiano latinoamericano haya parido

Al mejor hijo de las letras, de sus cuentos de soledad y extraordinarias novelas

De aquí en adelante sea el comienzo del legado prodigioso

De su obra majestuosa, nos lleve a lo más alto de las cumbres, por siempre, gloriosa!

 

*Aracataca-Magdalena- 06 marzo-1927   + Ciudad de México, Abril 17-2014

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga, mayo 01-2014