Amanece ya...
Antes de marcharte
deja el recuerdo de tu cuerpo
en las orillas de mi almohada.
Deja el recuerdo de tus miradas
en el ruedo de mis sábanas
el recuerdo de tu pasión en el lucero
para que su luz me deje encandilada.
Crecerá el placer de recordar
como hierba de alba.
Resonará el gozo, con su suave furia,
en los caminos de mi silueta
hasta que regreses.
Y cada amanecer me envolverá
el recuerdo nuevo que dejes
en los versos que de tu piel se escapan.