Alexander J. Montero

El banco de los peces

Día uno:
De pronto todo el ruido en mi cabeza se hizo mas grande, las suposiciones, las dudas y los miedos me dan vuelta, algo me dice que volverá, pero quiero y debo rescatar a través de mi silencio algo de mi orgullo.

Día dos:
camine dos horas bajo el sol de ida, y bajo la luvia de regreso para sacarle del pensamiento con el pensamiento. Concluí que había sido solo una casilla en la que debía tomar lo que me sirviera y retomar pronto el vuelo, hoy soñé su abrazo y le llore por la tarde con torrente para sacarle, aun algo me dice que volverá.

Día tres:
Vi su foto y sufrí pero no llore, aunque en mi mente ya no hay tanto ruido aun llegan sus olas a romper a mi pecho, eso en el mar, mas el cielo esta mas despejado, ya lo esta.
Ahora sé que ya no volverá.