Amaneces buscando mi abrazo
y entre las sabanas te acurrucas cada vez mas...
Te sobresaltas e intranquila,
ves que no estoy a tu lado...
Buscas esperando en el cuarto
y con los ojos adormilados,
ves que no he llegado.
En la mesa encuentras la cena,
esa que una noche antes para mi habías preparado...
Piensas lo peor primero
y luego te preocupas porque no he regresado...
Tu angustia se transforma cuando la puerta con mi llave abro
y con intranquila voz,
reclamas mi cuerpo una noche antes ausentado...
Pides mi explicación y yo solo te abrazo.
He llegado a casa y tu beso ahora pedía,
no porque lo necesitaba,
sino porque así lo quería...
A regañadientes y entre enfados,
me reclamas y señalas del reloj las manecillas...
Yo te consuelo y te digo al oído:
\"Estoy bien mirame complacida\"...
\"Estoy ahora contigo y esta noche no me esperes\"...
Volveré tarde si tu quieres,
pero el amor que ahora tienes,
siempre lo profeso aunque me lleve ahora el viento.
Esperas de nuevo en ese sofá viejo mientras salgo,
Te pones la almohada de tu lado
y rechazas que te diga...
\"Por favor...Hoy duerme tranquila\"...
Que mientras tu bendición me siga,
mi vida sin sobresaltos pasara al otro día...
Así que en la frente te beso
y una vez mas tu lírico rezo,
me desea paso a paso una noche cálida y no fría...
Así que Madre mía...
\"Hoy...No te preocupes...
\"Hoy duerme tranquila\".
Carlos Leobardo Segovia Gutierrez