Deprimido un corazón incierto,
(lo cierto es que hay tristeza),
nos juega un truco la cabeza,
transformando un paisaje en un desierto.
Mirar dos veces,es muy bueno,
por si algun ángulo se esconde,
pues a veces la razón no nos responde,
y confundimos algodón por heno.
Analizar el sufrimiento es bueno,
para aclarar si es justo el sufrir,
para no martirizar nuestro vivir,
y tener un día mas sereno.
La mente es semejante a un espejo,
viene un ventisca y lo empaña,
y parece que sube y baja lo parejo,
por la triste depresión que nos engaña.
Autor: Bernardo Arzate