Veo cómo escupo sangre
de tanto gritar tu nombre,
y en mis párpados las llagas
por tanto secar mi llanto.
Se va suavizando el duelo
de la pared y mis manos
¿Cuánto más puedo vivir
implorándote yo tanto?
Voy sonriendo, pero sé
que el mundo se ha dado cuenta
que ya me estoy derrumbando;
¿que el corazón nada siente
dentro del enamorado?
pues que venga y me lo diga
quien realmente haya amado.
A ti te puedo creer
que me sí me quisiste algo
pero nunca fue tan basto
tu amor como son tus daños.
hay quien pueda maldecirte
y gritarte mil perjurios;
culparte por tantos fallos...
pero tú eres una dama,
y yo por hombre no lo hago...
no hay mujer que se merezca
de alguien que se proclame hombre
ninguna clase de agravio,
que eres flor en mi desierto
que con lloro voy regando.
Tú no sabes del amor,
no sabías de la entrega
de ese amor que es puro y claro.
Si yo nunca te hice amarme
no puedo reclamarte algo.
Sueña y busca donde quieras
quizá y ojalá y encuentres
esa dicha en otros brazos...
... yo sólo te pude dar
mi amor y mi lealtad
cosas que hoy no valen tanto.