Jesús Lantigua

ELLA PASA

 

Lleva la lujuria prendida a las caderas,

tensando cuerdas invisibles

que intentan virtualmente detenerla;

pero ella…

ella desanuda los adoquines

poniendo seguridad al ruido de sus tacones

soportando el asedio con orgullo contenido.

La mañana se desgaja sobre la calle

y diciembre huele a hembra…

a hembra que alienta,

decorando con curvas las ansiosas pupilas.

Ella, se aleja

suscitando toda suerte de miradas arrobadas.

Calle abajo, se siente aun el taconeo,

la fragancia inquieta,

y  se adivina la silueta hermosa

plagando de sueños las vidas perdularias.