Aunque nunca puedas respirarme
entre los caudales de tus brazos,
ni besar mi voz…
ni envolverte en mi aliento
acariciando al estío en mi piel,
ni sostenerme
en la desembocadura de tu río…
Aunque nada…
Lo mismo yo he temblado
y me he estremecido tan sólo
de sentirme tu musa amada .