Sobre el filo del éxtasis
muere la palabra
y con tonos frenéticos me exalta
el énfasis inaudito que el lenguaje de tu silencio
le propina a mi alma…
Me haces vibrar
con la fina transparencia de tu espíritu
y abordar el indomable sortilegio de tu mirada
reluciendo entre suspiros…
Me confinas al embargo de la sombra
que se hace agua en el delirio de tus dedos,
mientras el fuego de mi pecho la traspasa…
Erijo en tu lengua amorosa mi santuario
y llueve el escenario paradisíaco,
que nos envuelve en el índigo
de un cósmico devocionario…