Camino sobre el puente,
me detengo.
Apoyo mis brazos sobre él,
veo correr las aguas del río.
Arrastra gran cantidad
de camalotes.
La mañana está
más que fresca,
hace frío.
Miro el oleaje de las aguas...
¿En qué pienso?
En muchas cosas...
y en nada.
He sentido la necesidad
de estar donde estoy.
Salir del centro,
de la gran ciudad.
De los ruidos...
Ocurrirme venir a pensar,
justamente aquí...
después de todo,
¿por qué no?
Contemplando las aguas,
recuerdo que ya hace
muchos años, ya no recuerdo
cuántos... desde este mismo lugar,
tiré al río el libro que
tú me habías regalado,
cubierto de palabras de amor,
repleto de poesía...
que juntos leíamos...
Nos dijimos adiós...
Tenía la intención
de tirarme al río
junto a ese libro
cubierto de hermosas palabras...
Cubiertos de poemas de amor...
Decidí seguir viviendo,
solamente veía el libro
flotar y alejarse
sobre las aguas...
Derechos reservados de autor (Hugo Emilio Ocanto - 12/08/2014)