Yoki desplegó sus alas
de aquella elevada montaña azteca
lanzándose en raudo vuelo
hacia desconocido, lejano
y paradisiaco lugar,
en busca de su amor eterno.
Un pétalo nocturno,
cubierto del rocío de aquel amanecer,
se distendía a la espera del ángel
que del cielo bajaría aquella noche
para unirse con él.
Pletórica de felicidad
cubrió con sus alas
aquel pétalo enamorado
que helada lluvia penetraba las fibras
haciéndole de temblar.
Sus corazones anhelantes
sus pensamientos unidos
¿emoción? ¿ansiedad?,
la espera se extendía
abarcando el horizonte del alma..
haciéndoles de felicidad llorar.
Rotas distancias y fronteras
manos que se rozan;
apasionados besos, caricias sinceras
ansias de dos almas limpias que gozan
momento de una unión perfecta.
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Florentino.