Sentado en mi sillón de pensar,
observé como el horizonte dibujaba la noche
y levantándose ahí estaba esa iluminada luna,
luna que trae sueños o pesadillas
dependiendo de cómo se le sienta.
Y en eso se escucha unas pisadas muy titubeantes,
pero cargada de sensaciones nobles.
Siento unas manitas encegueciendo mi mirada,
manitas tibias y risitas alegres, diciendo quien soy?
No hay comparación en la inocencia de nuestros hijos,
A quienes debemos retribuirle todo nuestro amor
Y por sobre toda la cosa, nuestro mejor ejemplo