Aquella tarde que llovía
y tú y yo en ese viejo motel
y me prometistes amarme toda la vida,
no sé por qué llovía, talvés fue porque
escuchaba tus mentiras
que hoy no lo haces, porque no estás,
ni te veo desde hace días
y hasta llorastes pidiéndome que no te abandone
que te amé siempre,
Hasta hoy lo hago!
Y tú no llegas ni con un mensaje,
no sé por qué no cae esa suave brisa
será porque tú no estás para mentir
como llorastes y yo como un gil te consolaba
o tienes amor al engaño para darle
al que te ama desde ese día.