Cuanto tiempo adormecida
vivió mi alma herida
mi corazón descontento
fundido en el lamento.
Más hoy al despertar
al abrir mi ventana
la vida me invitó a soñar
su belleza cada mañana.
La brisa del suave viento
caricia que infunde aliento
baños de luz en mi ser
hacen mi alma florecer.
Desnudando mis heridas
tras muchas caídas
sano está mi corazón
he recuperado la razón.