Joven corazón palpitante, delicado, cabalgante de ilusiones
vagando por tus pensamientos, sin rumbo, errante
presa de un amor raptor y desdichado,
añorando una señal, una señal de certeza
que rompa esta ansidad que inconsciente he creado.
Volvamos a consumirnos a la par que el tiempo,
avivar la llama que prendió aquella fría tarde de Diciembre,
recordar con dulzura aquellos labios tuyos, desgastados
desgastados por esos besos robados, puros y exquisitos.
Revivir recuerdos que quedaron en tierra consumida,
socorrer estos labios que poco a poco se sellaron, se afligieron
absorta por esta pesadumbre que recorre mi ser,
desmoralizada por sueños que resultaron en vano.
Recorro mis manos temblorosas por mi rostro inerte
no puedo evitar vivir ahora incrédula, aunque impávida
por unas promesas que no llegaron a ser más que ilusiones,
tiernas palabras que endulzaban mis oídos,
que me enternecían, que me hacían perder la cordura
alimentaban la pasión que con el tiempo fuimos construyendo,
que eran, y en ocasiones aun son, la razón de mi humilde existencia.