Morir, dormir para no despertar,
Desechar vanas preocupaciones,
Olvidar las absurdas pretensiones
Para ya simplemente descansar;
Escapar para todo terminar,
No buscar la causa de tus acciones
Ni esforzase por los vanos perdones
Porque ya nada te puede importar;
Llegó el fin, perdió poder el dolor
Que por tanto tiempo me ha perseguido,
Creó que hasta perdió fuerza el amor;
Sólo me dejo llevar sin sentido,
Sólo me entrego, sin ningún temor,
A esa fuerza, a ese inmenso latido:
¿Será que jamás la verdad ha sido,
Más que el cariño de Tu Corazón?…