DISQUISICIONES
Se da en cualquier lugar del mundo
en cualquier ciudad, pueblo, en el villorrio;
en cualquier rincón si es sagrado
donde se fuman pipas de la paz
al son del jale, jale...
Con la navaja roen duros vientres,
corazón substraído en la cloaca,
sudor y escalofrío, sevillanas,
la banda musical de la película
donde Charles Chaplin pintó el sonido
de Hip, Hop Street, Batuka, Jump Stile.
Algo decía su bastón. “Bigote
de Hitler” Que suena en la Torre de Londres
el Fox-Trot trote el zorro, baila el Swing,
en la cabeza de tantos nostálgicos
de bailes de salón tan populares,
que disparaban el freno al apagar
calor de cien grados entre sus culos.
Pero la marcha estaba en todo el aire,
gritaba en los oídos de bebedores
de Arrack, Pisco, Kirsch, Sake y Tequila...
Los cambios no merecían la pena
porque todos lo hacían al través,
sin abrirse por nada las braguetas.
Soplaba el viento del acordeón
al ser arma importante de las épocas,
de ellas salían simples pasodobles
o el todo música de Rock and Roll,
muy controlado por white horse whisky
(por el fuerte whisky caballo blanco)
Todo prostituido, la samba, el fox,
las carreras de galgos enfermizos,
los toreros en plazas sin padrinos…
Los grandes políticos dando sueños
incapaces de someter al mundo,
encerrarlo en su círculo de barras
para así pelear con escorpiones
resabiados de la sabana negra
portadores de hambre y los timbales.
Antes barcos de transporte y ahora
unos cuantos aviones y los tanques,
con esa música a bailar el Jazz
invento negro, tocado en los teatros
blancos, coronados con techo de oro.
Y los países hispánicos palmas,
maracas, salsa y su toqueteo...
¡Los amarillos, presos en cantones…!
Y los indios lavándose en el Ganges
dientes entre piras de sus muertos,
tocando el Shehnai, besando la vaca…
¡Que extraña es la existencia en los humanos,
cuando no se les trata en igualdad!