Llora el niño su dolor,
no existe el juego de honor;
ametrallan con bala su pudor
y sepultan su triste fulgor.
Llora niño su batalla,
el alma lo avasalla
en desolada pantalla
cruje su alma magullada.
Llora niño sus noches,
la orfandad de sus reproches;
nada calma sus derroches;
solo atrapa sus trasnoches.
Llora el niño en el regazo,
de la guerra y el fracaso;
bebiendo el humo del balazo
que atraviesa su brazo.
Llora niño la paz perdida,
en la ira desmedida
de su vida tan querida
y de su lágrima oprimida.
¡Llora...grita..maldita...
si maldita guerra desmedida!
¡Y su alma en último suspiro
solo el silencio de un último tiro, que su pecho ha adquirido!