Tiempo y espacio nos separan, pero
nuestro pensar, une nuestras almas.
La confianza y el cariño, van primero,
como flores que al árbol, embellecen sus ramas.
Las noches y los días, se van
y tu ausencia se hace evidente.
En lo profundo de mi alma están,
los recuerdos que de ti, rondan mi mente.
Sueño con espacios compartidos
que se transforman en altares.
Numinoso manto, cubre mis sentidos
y te revela Diosa de esos lugares.
En el paisaje de mis sueños, te dibujo
con tu sonrisa plena y bondadosa,
que transforma con su embrujo,
mi ilusión, en Fe piadosa.
Mi anhelo febril, me condena
a vivir prisionero de tu lejanía.
Esperando que esta pena
se transforme en alegría.
No existe distancia que pueda,
separar lo que sentimos.
El mundo gira, cual rueda,
acercandonos a nuestro destino.
Es grato saber que se tiene
la mayor ilusión de la vida.
Tu amor sincero, que viene
A acompañar, esta soledad compartida.