Quiero una musa
como el óleo de martina
sea mujer que camina
y que sea una diva.
Que lleve su orgullo propio
que entre sábanas no maldiga
ya que no ofrezco sexo
sino versos sin vitrina
No la llevaré al cenit
ni la bajaré al averno
le haré versos floridos
de los jardines modernos.
La pasearé en victoria
tirada por dos caballos
le contaré historias
de los amores lejanos.
Y cuando la luna muera
viendo nacer el sol
le tejeré una manta
con un precioso arrebol.
Me presentaré ante ella
con unas hojas escritas
donde estarán sentidas
las alegrías vividas.