Tus labios me están vedados
y en este silencio que aturde
las campanas tañen en mi alma
con ese candor tuyo impregnado
en mi beso y en mi deseo.
Tus labios me están vedados,
se me niegan como se le niega
el último deseo a un moribundo.
Tus labios me están vedados,
y yo no tengo mas remedio
que mirarme en el ímpetu de antaño,
presionar mis labios uno contra el otro
para sentir el sabor de los tuyos.
Tus labios me están vedados
y vivo al filo de mis emociones
para evitar la decadencia de tus besos.