El día que murió el poeta
en su funeral se comentaba
que el nunca llegó a saber porque lo amaban
y como el no se atrevió a preguntarle a sus amadas
las razones que tenían para hacerlo
se nos fue sin conocer
el porqué de cada querer
no obstante que el idolatraba
en sus poemas a cada mujer que el adoraba.
A una le escribió hasta el cansancio lo hermosa que la encontraba
a otra le alabó su esfuerzo y su constancia
la triste recibió siempre de el una esperanza
y varias fueron al mismo cielo elevadas
de tantas alabanzas que recibieron
con su pluma dorada.
No hay ni una que no fue una flor cada mañana
y todas fueron estrellas de su galaxia.
Su cuerpo si bien hoy descansa
quizás no así tanto su alma
que aún espera saber el porqué.
Pobre poeta que fue amado
sin razones aparentes
pobres sus pobres parientes
que lo lloran a pesar de que el
a ellos nunca les escribió nada.