Como un renacer balsámico entre granos de arróz
hasta donde te alcanza la vida para ver entre lineas
las verdades cruzadas de tu espejo y el mio
estirando el pescuezo.
Nuestra habitación llena de humo azul
que se liga a la floresencia de tu espasmo rosicler
que brilla como la mirada de un niño hambriento
y mis manos, que biscosas, se aletargan en sueños.
En la mixtura de un lunar con otros cientos
se puede calcular la belleza fractal del universo
que camina en compás tremulo y agudiza la marcha
y ese muchacho que soy yo se parece al de ayer.
Humanos nos consagramos en diretes mortales
porque somos hijos de esta patria sordo-muda
y una cajita de musica nos llena de ese humo de bestiario
te conoces y me conozco, una vez conocidos.
Blas Roa