Desde tiempos inmemoriales el ser humano a tenido dudas existenciales que aprendió a saciar con mitologías intangibles que el inconciente colectivo convertía en lógicas tras no haber opciones mas masivamente digeribles dentro de la gama de ramas y tangentes en las que pudo haberse deslizado sin ocasionar revuelo alguno siempre y cuando se guardase el secreto para si mismo.
Y como la representación de una idea que cobra vida sin darnos cuenta con la creencia que toma un trozo de nosotros y lo transforma en Dios como representación de las respuestas a las preguntas que nunca fueron respondidas hablando con el o con cualquier otro ser humano acerca del mas allá que en donde estamos seguros que solo es acá esconde los secretos de la dinámica de un Todo totalmente incomprensible para la conciencia humana que debe sentir para conocer, pero por desgracia solo conoce su propio lenguaje, cerrándose a cualquier otra forma de sentimiento que no es conocido por el lenguaje humano y que algunos acuñamos como alternativa al día y a la noche, al blanco y al negro y por supuesto que también al si y al no que dicotomizan nuestra existencia innecesariamente con la tan nuev mitología de un dios y un diablo, que quedan caducos en otros niveles de comprensión universal.