Se detuvo otra vez a la misma hora,
en el mismo ángulo
con el sol en el mismo lugar del ayer
donde el hoy se hacía futuro.
Miro al cielo y no supo si miraba el cielo de antaño,
el cielo presente o el cielo ulterior.
Se le había olvidado sentir,
se le estaba olvidando pensar
y se le olvidaría escribir.
Con voz fatigada evoco el reloj que se detuvo otra vez a la misma hora,
en el mismo ángulo
con el sol en el mismo lugar del ayer
donde el hoy se hacía futuro.