Desnuda del alcázar de mi sombra,
ante el vibrante plañido de tus dedos,
flamean las hondas curvas de mi silencio…
Aguzas el instante que otorga a mis espejos
irradiar irascible el fervor de mi alma…
Con avidez me rasgas el costado interno
y brotas con gracia atrayente,
espigado y resuelto,
cual minúsculo papiro verbal
extendiéndose en mi frente…
Leo silente el acorde celestial,
que prenda inflexiones fulgentes
sobre las piedras de agua,
por donde deslizan los susurros de mi tierra…
Dejas caer dulcemente tu lengua artesana,
sensible y arcana encima de mis labios
y contra múltiples teoremas desata la fuente de mi pluma,
que desnuda la galaxia inmortal que nos contempla…