Elevándose al cielo
Se escuchan las plegarias
De aquellos que sueñan
Con un mundo mejor.
En los rostros se vislumbra
La inocencia de sus peticiones,
Y los ángeles sonríen
Ante tan bello espectáculo.
Arrodillados ante sus altares
Y pidiendo a sus dioses
Que las cosas mejoren
Y que el mundo cambie.
Juntando sus manos
Y mirando al cielo,
Esperan ver
Sus sueños cumplidos.
Pero, ¡ah!, pérdida de tiempo,
Tan egoístas son sus plegarias
Que los ángeles solo miran
A la muchedumbre que solo pide.
“no basta con pedir”, le susurra el viento,
“es necesario actuar”, canta con alegría el ruiseñor,
“no pidan, hagan algo”, les dice la naturaleza.
Más el hombre altivo, los ignora
Y con mayor ímpetu ruega,
Palabras tan vacías
Ni la catedral traspasan.
De poco sirve pedir
Si no estas dispuesto a dar,
De poco sirve exigir
Si no estas dispuesto a mejorar.
Esa es la realidad,
Deja de llorar
Empieza a cambiar
Si acaso quieres la vida disfrutar.