Como granito de mostaza
te postraste en mis entrañas;
silenciosa fuiste creciendo,
eras mi sueño allí plasmado.
La presencia de tu hermana
allanó el camino para que
fueras una bella realidad.
Cuando te acaricié por primera vez
experimenté la sensación
más agradable e indecible,
como si de mí vientre
expulsara mariposas pintadas mil colores .
Sosegadamente exclamé
¡Que maravilloso eres Señor!
Solo tú engendras el fruto
de un ser deseado con tanto amor.
lulupa