Tienes una carita de rosa
tan dulce, y tan primorosa
que me seduce a toda hora;
pues hoy te confieso en secreto,
que no puedo dejar de mirarte
porque eres muy encantadora.
Tienes una carita de rosa
que se alza de gran esplendor,
cuando enseñas tu sonrisa;
es algo así como admirar
toda la ternura de un ángel
que entre las nubes acaricia.
Pareces una hermosa bebé
que sueña plácidos amores
al tierno vaivén de la cuna;
y por esa dulzura angelical
que tanto inspiras, sabrás
que como tú no hay ninguna.
Carita de rosa, alma de niña:
Quisiera tenerte ya mismo
para consentirte ahora;
sintiendo entre mis manos,
tu rostro de lírico ensueño
que hoy tanto me enamora.
José Alberto Laiton C.
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