Que lejos quedó mi esperanza
que desolado mi corazón...
¡bandida! el agua del mar
que de mi lado te llevó.
También culpable el aire,
los vientos...
que le robaron el aroma
en esta orilla a mi gitana
y en la otra, a mi mora.
...y que culpa tiene mi alma
de enamorarse de ti,
...y que culpa tiene la tuya
de no ser de aquí.
¡Que pongan murallas!
y ¡que dejen las fronteras!
que no quiero naciones
si no estoy a tu vera.
Me sobra la noche,
y hasta la luz del sol,
no quiero patrias
si no estoy con mi amor.
¡Sal! Esta noche de Casablanca,
empápate con el mar de allí
que los atunes de la bahía
me traerán tu sonreir...
Y cada tarde miro al océano
Y creo verte en las olas venir
pero son solo barcos llenos de esperanza
que aceleran de mi corazón, su latir.
También el levante me desespera
porque creo que en su furia vienes tú,
yo abro mis ventanas y mis puertas
pero solo entra viento del sur.
¡Aqui te esperaré, gitana mora,
aquí te juro lealtad,
porque algún día esas olas
te traerán para la eternidad...!