Amo y señor
Que marca nuestra vida
Sin la menor contemplación
Esclavos somos
De tu manecilla menor
Aunque obviamos la mayor
Despreciamos los minutos
Y solo atendemos
Las campanadas del reloj
Has sido el tirano
Que ha marcado mi vida
Hasta la jubilación.
Ahora me río de tu tic tac
Aun sabiendo que tú, en silencio,
Pondrás mi punto final.
Nunca me dí cuenta
Que me tratabas tan mal
Por amar la puntaulidad.
Ahora te desprecio y te ignoro
Y solo la luz del sol
Es mi brújula y mi tesoro.
Ya no me atemorizan tus campanadas
Y apenas te miro en toda la semana
Porque el tiempo es mío y nadie me lo marca.
Soy yo la aguja corta y la larga
Libre de la esfera
Que me esclavizaba.
Tic tac, tic tac,
Tu sonido no me amenaza
Ahora escucho a los pájaros como cantan,
El sonido del viento,
Las nubes cuando pasan,
O la caricia de una rama.
Triste y olvidado reloj
¿Cuantas horas me robaste?
Girando tan veloz,
¿De cuántas arrugas fuiste culpable?
¿Cuántas canas teñiste?
Creando estrés y no siendo afable.
Reloj dictador te tengo que perdonar
Pues cumples con tu función
Pero que bella es la vida desde que te pude abandonar.
Elda 19 de Agosto de 2014
Jesús Gandía Núñez