Cayó del árbol
En mi mano,
paloma herida
¿Quién le hizo daño?
¿Quién podría?
Sus ojillos se cierran
Lentamente respira,
No parece llorar
Solo suspira.
Su tibia sangre
Por el suave plumaje
Se desliza,
Y en el hueco de mi mano
Se enfría de prisa.
Qué puedo hacer por ti
Pequeña amiga,
Si al igual que tu
Mi sangre está fría.
Solo una bendita lágrima te salvaría
Pidámoselo…
A la virgencita María.
Ella puede salvar ti vida
Y dar nueva luz a la mía.
¿Estás allí virgencita María?
L.M