En nuestro espejo
de cicatrices abiertas
tu canto buscó mi voz,
tus agobiados latidos
buscaron reposar en mi alma.
Mi tiempo de lejanos crepúsculos
fue cediendo a otro
con corazón de pájaro
y nuestras palabras se abrazaron
en un tiempo ebrio de dicha
Hechizada mi piel
se fundió en tu marea de versos.
Mi poema te rescató
para dibujar tu vida de nuevo.
Así bajo las voces del viento
fuimos poesía hecha sin inviernos
(Pepita Fernández-19 /08/14)