Se encuentras dos bello cuerpos femeninos,
dándose abrazos y un beso intenso,
disfrutando del momento, beso divino
que hacen vibrar sus hermosos cuerpos.
El jugo de sus bocas se juntaron,
que enardecen sus instintos,
sus bellos pechos se hincharon;
los chasquido de besos sonaron.
Un suave ambiente de amor se siente,
de perfume de clavel y de rosas,
y sus manos buscan sus vientres,
sin olvidar un instante besarse en la boca.
Desnudan lentamente sus cuerpos,
dejando ver sus belleza,
y la lengua de una y otra recorren,
sus ardientes y deseosos entrepiernas.
Liban con ardor sus sabrosos fluidos,
que brotan de sus jagüeyes del deseo,
llegando a tal enloquecer
con el insinuante y vigoroso paseo,
de sus lenguas que les provocan placer.
Un hermoso y tenue gemido
recorre el ambiente travieso,
fue un grito, un ardiente bramido,
obteniendo las dos, un final hermoso.
Por Manuel Palacios.