la negra rodriguez

MANUEL EL \"ZAPATITOS\"

Esta es una triste historia como hay tantas cuando la pobreza golpea a los más desamparados como son los niños:


En una muy pequeñita casa de ladrillo mal acabada, con puertas y ventanas  apolilladas, con techo  de zinc  agujereado,  a unos pocos metros de una iglesia vivían  Manuel y sus cinco hermanitos.

Su madre lo dejaba al cuidado de los más pequeños porque ella trabajaba todo el día, lavando,  vendiendo, limpiando. Y al llegar la noche llegaba cansada con pocas monedas y con un hambre que saludaba con el hambre de sus pequeños.

Les llamaban ‘’zapatitos’’ porque las plantas de la base de los zapatos estaban desprendidas de  tan viejos y los amarraban con sogas.

  Lupe,una hermana mía era su  maestra sin sueldo y a domicilio. Los cuidaba los bañaba porque ni para una escuela fiscal La plata… alcanzaba.

A la casa nuestra concurrían con frecuencia él y su tropa de hermanos, se los trataba con cariño y jugaban y correteaban alegremente por todo lado , tanto así, que conocían todos los rincones  e incluso donde  se guardaba los objetos de valor.

Un día  estando mis padre de  viaje, de las arcas familiares desapareció el dinero  que celosamente se guardaba, pues era el capital de la pequeña empresa familiar. Nadie quería pensar mal de Manuel y sus hermanitos  pero igual a su casa fueron mis hermanos para ver si se encontraba  algún indicio del dinero desaparecido.

 Encontraron en primera instancia, a él y sus hermanos, todos con zapatos nuevos, con ropita nueva también, bien peinados y bien comidos.

Se asustó y reveló su hurto. Pero un cheque  que era el de más valor y él no lo sabía  lo devolvió.

Una ternura  inmensa fue lo que ese cuadro  de amor filial  inspiró a mis hermanos que   absolvieron a Manuel  de toda culpabilidad.

¿Qué culpa podía tener un niño de diez años,  la de querer ver a sus hermanos  humildemente bien  presentados, de querer llenar las panzas vacías, de darles unos instantes de felicidad? ¡Culpable es el sistema económico de  esta sociedad que no garantiza el  buen vivir de quienes  deben construir el futuro. Culpable es el hambre, es la pobreza!

 Más  pronto  que temprano entre todos los hermanos reunimos lo que zapatitos había llevado, antes de que nuestros padres  volvieran   y se enteraran. Desde el más grande hasta el más pequeño  nunca dijimos nada, se guardó bien el secreto.

Zapatitos se perdió en los años. Con el tiempo se alejó,  se cambiaron de  domicilio y nunca más supimos de él y su tropa de hermanitos.



¿Cómo se pretende un mañana donde reine el amor la justicia, el equilibrio social, si el presente y futuro que son los niños crecen en total desamparo, abandondos a su suerte,  recorriendo calles buscando un sustento en la \"generosidad  del prójimo\", que solo se limita   a dar dádivas, creyendo que son eso ya se ganan el cielo en el mejor de los casos y en lo peor someten a los pequeños a situaciones aberrantes?

Las luchas aisladas de personas con buena  voluntad alivian dolores individuales pero no   son una   solución   global.

Hay que crear una generación de gente consciente y encaminada a apuntar el orígen del mal, solo así podremos cambair la sociedad.