No te atormentes
reina mía.
El reflejo de tu camelar todo lo dice,
de mí, ganas tienes, yo de ti, también,
duda no hay,
tus ojos al mirar lo dicen.
Ese hermoso destino
nuestras pestañas enredó al mirarnos.
Aquel encuentro
tus ganas de tenerme desató.
Acoplar nuestros pechos,
delirar antojos,
Sentir el calor despedido del abrazo dado
con fervor.
Los momentos, tus ilusiones asfixian
Arrancar tus miedos debes.
No eludas la zona del embrujo,
que nos espera.
La encomienda de eros debes cumplir,
resistir tus apetencias de mí,
ya no puedes.
No más pretextos, no más excusas.
El encuentro amoroso, de un ala nos trae.
Naufragar en un mar de
de tentaciones es el destino.
bambam