Si no te miro a los ojos,
a lo mejor me acostumbro
a las noches sin estrellas
y al futuro sin futuro;
a las flores sin fragancias,
a los árboles sin frutos,
a las batallas perdidas
y a los colores oscuros.
Si no te miro a los ojos,
tal vez pueda conformarme,
con mediodías sin soles
y con mañanas glaciales;
con este frío que quema
cada gramo de mi carne,
porque le falta tu aliento
a mis arterias exsangües.
Si no te miro a los ojos,
quizá acepte que la vida
es un sendero escabroso,
y una cárcel sin salida;
que no existen los milagros,
que murió la fantasía,
y que al fin de la jornada
toda esperanza claudica.
Si no te miro a los ojos
podré aceptar finalmente,
la condena que le impuso
tu desdén a mis quereres;
esta corona de espinas,
donde soñaba laureles,
y la agonía perpetua
de respirar sin tenerte…