Los nervios destrozados, estoy rota.
Así me sorprendió la madrugada
intentando dejar en mi almohada,
el miedo que me duele y que me agota.
Yo no quiero temer a la derrota,
y aveces yo me siento desarmada
por esta incertidumbre, y desolada,
es el miedo que dentro de mí, brota.
Pero tal vez la luz del nuevo día
pueda lograr que yo remonte el vuelo,
recobre la esperanza el alma mía
y aparte para siempre el desconsuelo,
recupere de nuevo la armonía
y pueda dar por fin, gracias al cielo.